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03 febrero 2010

FITOCOSMETICA

Se puede definir la fitocosmética como el uso de los principios activos de las plantas para cuidado y estética de la piel y el cabello.

El uso de unas u otras plantas viene determinado por su actividad fisiológica, que varía de unas plantas a otras, de modo que encontramos plantas para casi todas las necesidades estéticas.

Las propiedades dermatológicas son muchas y muy variadas: tonificantes, ,astringentes, antiinflamatorias, antisépticas, cicatrizantes, detergentes, suavizantes, calmantes, emolientes, descongestionantes, refrescantes etc.

Las formas cosméticas de preparación son también numerosas, encontramos formulaciones que utilizan extractos vegetales en cremas, emulsiones, lociones, geles, aceites, jabones, desodorantes etc.

Hay una serie de plantas que son especialmente interesantes en medicina estética pues las encontramos citadas continuamente como principal principio activo de muchos de los productos que podemos utilizar habitualmente o bien de algunas cremas , jabones etc.

BENEFICIOS DE LAS PLANTAS 

USO EXTERNO
Teniendo en cuenta las acciones de mayor interés, podemos distinguir los siguientes grupos:
Astringentes. Ejercen esta acción las plantas ricas en taninos y otros tipos de compuestos como ácidos orgánicos, flavonoides, antocianinas, etc. Sus acciones a nivel de la piel en uso externo son: disminución de las secreciones sebáceas, cierran los poros, reafirman la piel, vasoconstrictoras, descongestivas y antiinflamatorias. Sobre todo se emplean en el tratamiento de pieles grasas: Hamamelis, Nogal, Ortiga blanca, Escaramujo, Rosa roja, Zarzamora.
Emolientes y suavizantes: Esta acción la posee los mucílagos, pectinas y almidón. Son capaces de retener agua manteniendo una adecuada hidratación y formando una barrera protectora sobre la piel, por lo que ejercen una acción beneficiosas en las pieles secas, prurito, etc.: Lino, Malvavisco, Llantén, Borraja, Saúco, Gordolobo, Violeta, Pensamiento.
Antisépticos: Esta acción se debe a que contienen esencias y otras sustancias químicas, como naftoquinonas, lactonas, etc.: Bardana, Calendula, Hipérico, Hisopo, Ajedrea, Anís estrellado, Nogal, Lavanda, Menta, Albahaca, Orégano, Romero, Salvia, Serpol, Tomillo, Propóleo. 
Antifúngicos: (contra los hongos) : Enula, Propóleo, Nogal, Orégano, Tomillo, Ajedrea, Ajo. 
Cicatrizantes: La cicatrización se favorece con el empleo de plantas con acción astringente (plantas co taninos), antiséptoca (plantas con esencia) y antiinflamatoria (plantas con taninos, mucílago, azuleno) o bién con aquellas que contienen sustancias como la alantoína o el asiaticósido y que favorecen la regeneración epitelial: Centella asiática, Milenrama, Manzanilla romana, Calendula, Cola de caballo, Manzanilla común, Consuelda, Agrimonia, Zanahoria.
Para combatir el sudor: Roble, Ciprés, Salvia. 
Calmantes. Algunas plantas, tales como tila o melisa, se emplean también en uso externo por sus propiedades sedantes.
Materias grasas: Ciertos aceites ricos en glicéridos, vitamina E, ácidos grasos esenciales, lecitinas, etc., tienen interés porque ejercen una acción suavizante, protectora e incluso nutritiva sobre la piel. Entre los de mayor empleo figuran los siguientes: Aceite de almendra, olivo, maíz, lino, borraja, germen de trigo.
Productos capilares: Estimulantes del folículo piloso: son tonificantes del cuero cabelludo. Los más empleados son el romero y la ortiga blanca.
Colorantes: se emplean para teñir el pelo plantas con naftoquinonas como nogal (cabellos castaños), la manzanilla se emplea para dar reflejos rubios al cabello.


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